Los suplementos dietarios pueden tener varios beneficios cuando se utilizan de manera adecuada y bajo la supervisión de un profesional de la salud. Algunos de los beneficios más comunes de los suplementos dietarios incluyen:
Complementar la dieta: Los suplementos dietarios pueden ayudar a llenar los vacíos nutricionales en la dieta cuando no es posible obtener todos los nutrientes necesarios a través de los alimentos.
Aumentar la ingesta de nutrientes específicos: Pueden proporcionar nutrientes específicos que pueden ser deficientes en la dieta, como vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas o fibra.
Apoyo para la salud en situaciones específicas: Los suplementos pueden ser útiles en situaciones especiales, como durante el embarazo (por ejemplo, ácido fólico), para mejorar la salud ósea (calcio y vitamina D), o para deportistas que necesitan un aumento en su ingesta proteica o de ciertos nutrientes.
Prevenir deficiencias: Pueden ayudar a prevenir deficiencias nutricionales, lo que a su vez puede prevenir problemas de salud relacionados con esas deficiencias.
Apoyar objetivos de salud específicos: Algunos suplementos están diseñados para ayudar con objetivos de salud específicos, como la pérdida de peso, el aumento de masa muscular o la mejora del rendimiento deportivo.
Reducir el riesgo de enfermedades crónicas: Algunos suplementos, como los antioxidantes, pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas al combatir el estrés oxidativo y la inflamación en el cuerpo.
Mejorar la absorción de nutrientes: En algunos casos, los suplementos pueden mejorar la absorción de ciertos nutrientes cuando se toman en conjunto con alimentos.
Facilitar la ingesta de nutrientes en personas con restricciones dietéticas: Pueden ser útiles para personas con restricciones dietéticas, como vegetarianos o veganos, que pueden tener dificultades para obtener ciertos nutrientes de fuentes vegetales.